viernes, 31 de diciembre de 2010

31 de diciembre del 2010

Aprendí que no se trata de mí,
que mis decisiones aportan pero no determinan
que si me voy alguien más puede llenar el huequito que dejo
y que si pierdo a alguien sé sufrirlo pero también gano a varios más
aprendí que en la vida no hay nadie reemplazable pero en la sutileza de una despedida se encuentran muchas otras bienvenidas

Aprendí que hacer algo siempre es valioso
Que se gana más haciendo que planeando
pero se crece más teniendo en cuenta esto sin soltar aquello
Que la soledad duele pero la plenitud nutre
y que las promesas no se esperan sino se trabajan.

Aprendí que diciendo sí a lo que no se conoce
se descubre aquello para lo cual se nació
que las decisiones postergadas son corazones heridos, vidas desperdiciadas, oportunidades rechazadas y trabajo extra
Aprendí que un tal vez es un no disfrazado, y a diferenciar un no de un todavía no.

Aprendí que esperar la circunstancia ideal es otra faceta de la cobardía
Que puedo ser un mejor yo al lado de otros
Que la necesidad se parece al capricho y que cada día que pasa soy menos caprichoso

Aprendí a notar el respaldo de Dios
A través de las cosas y de las ausencias
A vivir sin ocuparme de lo que no controlo
A controlar menos y confiar más
Aprendí a aceptar la gratitud y a pedir más abrazos
Aprendí a quedarme más tiempo en la vida de quienes amo, aunque no lo haya aprendido tan bien, aprendí a contentarme con no saber, aprendí simplemente a ir a donde Tú vayas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario