jueves, 19 de enero de 2012

Se coló la noche en mis adentros

Entre las ramas se colaba la noche y la sensación de libertad todo lo llenaba. Era la luz que veía semejante a lo que precisaba en mis adentros. La esperanza de que ese amor que siento aun es visible bajo la cubierta de estas hojas mecidas por el viento.

De ese capricho de enterrar la pasión que me definía ya no queda más que tierra removida, y un olor a vida que da licencia para comunicar. Para hablar de la nada y no esperar respuesta siempre he sido bueno

Bendita noche. Esa en la que descubrí la llave que devolvió la vida a mis adentros. La que me hace creer aun con el frio de este viento, que mece lo que antes protegía y me recuerda que la llave liberta pero también me muestra vulnerable.

Bendita luz de estas estrellas. Que miro y me susurran un futuro lleno de sonrisas y sueños compartidos.
Entre las ramas, esa noche se coló la silueta de otro cuerpo. Lo que nos rodeaba simplemente dejó de ser cierto.
Pero quizá pueda más el tiempo que la sensación suicida de creer que lo que éramos todo lo podía. Que las palabras no precisaban cadenas y que las manos podían seguir jugando.
Sin quemarse. Sin seguir escondidas.

viernes, 13 de enero de 2012

Amor de Luna y Sol

 Esta noche sentí que volverías, medité, luchando entre sabanas por tu regreso. Llegaste. Y lo ausente se transformó en el objeto de mi melancolía, en la intención de lo que fuimos y fue olvidado.

Desde lejos las distancias se esfumaban, el sentimiento del ayer nos hacia uno y el deseo del mañana descartaba mi regreso.

 Precisaba de la distancia que me obligaba a evocar tu olor de memoria. La necesidad de perseguir tu amor, imposible, inalcanzable, lleno de la pasión que hoy no conseguimos encontrar.
Reprocho a este mañana, engañador, que nos dio lo que anhelábamos apenas para quitarnos lo que nos hacía anhelar.

Enamorada del recuerdo, suspiraba al encontrar en un profundo sueño el calor de tus brazos, donde algún día de rutina rechacé, y me emocionaba al ver tu nombre sintiéndome poseer tu espacio aun aquí.

 Delicioso momento. En el que nos anhelábamos uno al otro mirando un espacio vacío. En el que eras mía y yo era tuyo, olvidando los conceptos de este mundo. En donde la ausencia era nuestra compañía más el amor nuestro aire… libre, inmune a la rutina y a la convivencia, sin malos ratos, con la posibilidad de un encuentro como propósito de vida.

Anhelaba esta pasión, enamorada del amor y no de ti, lo que tuve ayer y no aguardé anhelando el mañana que se convirtió en un hoy en encajonado y vacio, que decidí esconder para hacer memoria del ayer.

 ¿No sería acaso mejor seguir lejos? Te amaría y seria amado con pasión siempre joven, tu lejanía me permitiría añorarte, y podrías sustituirme por el recuerdo del amor del cual te enamoraste. Nuestro amor sería perfecto, épico, destinados a la ausencia, como luna y sol.

Creo en tu propuesta. Una clara despedida, una leyenda de un amor que no envejece, tu ausencia lo hace fuerte y perdurable, el deseo insaciable de tenerte me ilusiona cada día y el anhelo de regresar lo torna ideal.

 Yo lo sabía, lo sentía, y aun así añoré tu regreso. Aposté y perdí un amor eterno, por un minuto de tus labios, tu mirada, tu piel sin necesidad de imaginar… por verte una vez para luego regresar a lo imperfecto, a otros amores de rutina, sabiendo ahora que fuiste real.
Triste vida, esta que nos tocó vivir, y aun la única que nos satisface. Viviré para esperarte sabiendo que no volverás, soñaré contigo cada noche, mis palabras siempre serás para vos, en mis mañanas imaginaré tus días y en las tardes construiré un rio de lagrimas que llegué a tus pies y sepas que te tengo presente. Hasta el día de mi muerte te amaré, y volveré a esperar, ahora con esperanza nuestra unión eterna.

Hasta ese día construiré nuestro mundo en un puente entre sol y luna, viviremos nuestro romance cada atardecer, la música me llevara a sentir tu piel, y en las noches te pensaré, te soñaré y viajaré en secreto para mirarte de lejos y añorar lo que somos.

domingo, 8 de enero de 2012

El espacio que pudo ser

Hoy me sabe al espacio que pudo ser
de tanto extrañar la vida que abandoné
sé que no preciso de tener melancolía
pero se me escapan las opciones cuando se trata de sentir
desde que estás lejos he estado bien
sonrío, me enojo poco y bromeo mucho
converso descuidadamente, me tenía sorprendido el no echarte en falta
supongo que el día en que los acontecimientos alcanzarían mi corazón debía llegar
Cuento los mensajes escritos para ser abandonados,
cuantas conversaciones he inventado sin que te des por enterada
Lo que deseo es tenerte cerca
Mirar tus ojos, tomar tu mano
Decirte que te extraño y besarte
Lo que deseo es permanecer en aquel sentimiento, el del primer día,
vivir el roce quemante de tus dedos en los míos generando ternura y empapando nuestros ojos
la sintonía de nuestro corazón, la ilusión de que nunca acabaría
y el amor que duraría para siempre,
que al final agotamos en pocos días.

lunes, 2 de enero de 2012

Te fuiste

Te fuiste, miraba tus pasos mientras me surgían pensamientos que más tarde comprendería se iban a eternizar en mi mente.
Que si valías la pena, cuanto me comprendías, la libertad que me cortabas versus el placer de tu compañía, me quité el peso de tus arrebatos, y ya no tuve que acomodarme el velo de tus caprichos…. que me hacían darle vuelta a mi mundo, acomodándolo a tu antojo, que me obligaban a brindarme con gustoso desprecio a lo que soy.
Se estiraban mis noches descifrando tus sentimientos, siendo testigo de tus cambios de humor, repartiendo mis horas entre el disgusto y el deseo de tu compañía.
Te fuiste, y en mi quedó un desatino a reconocer mis emociones, diría tristeza, pero sigo sonriendo demasiado, tal vez melancolía pero en mi memoria no conservas tanta gracia, probablemente sea una incomodidad por deshacer mi rutina, algo primitivo, un apego a la costumbre más que a tu presencia.
Quizá solo busqué engañarte, engañándome primero, confundiendo mi interior obligándome a huir....quizá solo sea que te extraño... que me extraño.
Te fuiste, y dejaste una llama encendida al pie de la foto de nuestro futuro, de nuestros sueños compatibles y atrevidos, llenos de kilómetros y culturas por recorrer, idiomas por conquistar, retos por dominar, personas por bendecir, noches para amar.
Te fuiste, y mi voz olvidó la prisa de las conversaciones no terminadas, del combate de ideas que nos dejaba fortalecidos luego de cada batalla, que me hacían dudar de mi opinión y maravillarme de la tuya, que me retaban a cada día ser mejor… a seguirte el paso.
Hoy no estás. Pero tampoco estuviste ayer y recuerdo poco de tu compañía. Quizá los amores eternos duran apenas semanas. Llegaste con prisa para irte en un segundo, en un abrazo apresurado y sin mayor consecuencia, apenas para ser registrada en el historial de lo que pudo ser.
Te fuiste, y me dejaste pensamientos eternizados en mi mente, ¿Que si cometeré los mismos errores? ¿Que si fue mi culpa?