jueves, 19 de enero de 2012

Se coló la noche en mis adentros

Entre las ramas se colaba la noche y la sensación de libertad todo lo llenaba. Era la luz que veía semejante a lo que precisaba en mis adentros. La esperanza de que ese amor que siento aun es visible bajo la cubierta de estas hojas mecidas por el viento.

De ese capricho de enterrar la pasión que me definía ya no queda más que tierra removida, y un olor a vida que da licencia para comunicar. Para hablar de la nada y no esperar respuesta siempre he sido bueno

Bendita noche. Esa en la que descubrí la llave que devolvió la vida a mis adentros. La que me hace creer aun con el frio de este viento, que mece lo que antes protegía y me recuerda que la llave liberta pero también me muestra vulnerable.

Bendita luz de estas estrellas. Que miro y me susurran un futuro lleno de sonrisas y sueños compartidos.
Entre las ramas, esa noche se coló la silueta de otro cuerpo. Lo que nos rodeaba simplemente dejó de ser cierto.
Pero quizá pueda más el tiempo que la sensación suicida de creer que lo que éramos todo lo podía. Que las palabras no precisaban cadenas y que las manos podían seguir jugando.
Sin quemarse. Sin seguir escondidas.

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